Por Michelle Hurtado
¡ESCALANDO!
Al ritmo de reggae alrededor de diez personas recorren las paredes artificiales de Arawata, utilizando sus brazos y piernas. Las presas son el soporte que les permite escalar, las cuales simulan los agarres de una montaña rocosa. Están distribuidas en todo el espacio y son de diferentes colores y tamaños. Se siente una vibra familiar en la que todos se conocen y el objetivo principal es apartar por unas horas la mente de la rutina.
Los escaladores usan ropa cómoda que les facilita los movimientos, además llevan amarrada en sus cinturas una talquera, que es una especie de canguro, en la cual introducen magnesio en polvo con el que empapan sus manos para prevenir el sudor y así evitar resbalarse. Los zapatos que utilizan se llaman gatos y también impiden el deslizamiento.
El lugar reúne las cualidades que se requieren para denominarse gimnasio de escalada, modalidad búlder. Estos espacios se crean con el fin de construir una estructura lo más parecida posible al ambiente natural en el que se practica la escalada y el montañismo. Los gimnasios han permitido que más personas se interesen por el deporte, pues representa mayor facilidad y no solicita traslados muy largos. En particular, Arawata ofrece a los deportistas, además del espacio deportivo, una sala de esparcimiento en la que los escaladores interactúan compartiendo sus experiencias.
Arawata es una empresa deportiva creada en el 2002 por dos hermanos emprendedores: Jorge y Alejandro Hernández. Su principal objetivo es darle la oportunidad a personas de todas las edades de realizar actividades diferentes a las tradicionales, como la escalada o el ecoturismo. Actualmente el gimnasio está ubicado en el barrio Gran Limonar, en la Carrera 65 con calle 12 A.
"Allí hay gente de todas la carreras, este es un espacio interdisciplinario: diseñadores, médicos, arquitectos y más. Pero todos comparten una tendencia y es la necesidad del cambio". Así es como define Hernández a algunos seguidores de este deporte, a quienes más que clientes considera sus amigos. El logra establecer relaciones muy cercanas con los escaladores, lo que promueve la unión de todo el grupo.
Sin embargo, en el ambiente también se percibe la sed de ganar, de competir, de ser el mejor. Todos a su manera, buscan el triunfo. "Lo que más me gusta de escalar es el reto personal, sentir que estoy progresando y la competencia", afirma Carlos Restrepo, quien lleva tres años y medio practicando el deporte y ve en este la ventaja de ser una actividad no convencional, disfruta de la exclusividad que la escalada le otorga, "pues no a todos les gusta lo extremo".
En Arawata algunos escaladores tienen más capacidad que otros y su nivel da cuenta de la trayectoria que han tenido, pero sobre todo de su dedicación. Existe una jerarquía que los organiza en categorías: novato, pre-maestro, maestro y élite. Para cada uno de ellos este deporte tiene un significado particular, algunos lo ven como una actividad de entretenimiento y otros como un estilo de vida. Jefferson es un ejemplo de aquellos que sienten al deporte como la prioridad en sus vidas, él estudia educación física y la escalada no es el único deporte que practica. "Mi objetivo es trazarme una meta y luchar por ella sea cual sea", asegura. Para lograrlo entrena tres horas diarias, por lo menos cinco veces en la semana.
A las competencias asisten escaladores de toda la ciudad y también llegan de otros lugares del país. Hay un ganador por cada categoría y quien obtiene el premio se propone la meta de pasar al siguiente nivel. Dichos eventos han llamado la atención de otras personas que en un principio eran sólo observadores, pero dejándose seducir por el deporte han iniciado la práctica. Así, la escalada se ha convertido en un deporte que gana rápidamente más seguidores, pues brinda muchas opciones para realizar actividades alternativas y complace el deseo de aquellos que buscan sensaciones novedosas y extremas.
¡A rodar!
Se deslizan sobre ruedas, se apropian de una calle y experimentan inventando nuevos trucos. Skateboarding, otro deporte extremo que se ha introducido en la ciudad, con un amplio número de aficionados. La tabla o skate, como también se le llama, es su principal herramienta y les permite rodar en diferentes espacios, como los urbanos o sitios específicos para practicar el deporte.
La máxima adrenalina la viven cuando la tabla y sus pies de desprenden del suelo, es el momento en el que demuestran sus destrezas, dándole vueltas a la tabla y haciendo movimientos con sus cuerpos, el reto es lograr poner de nuevo los pies sobre la patineta y caer estable sobre tierra firme.
No existe un tipo de ropa determinado para ‘montar’ tabla, cada skater se viste como se sienta más cómodo, ya sean con pantalonetas o jeans. Sin embargo, algunas tribus urbanas han encontrado en este deporte una forma de expresión y estos grupos sí tienen estilos de vestir particulares que los identifican. Hay un accesorio que es esencial para el skate: los zapatos deben ser planos, para que protejan los tobillos y la suela preferiblemente gruesa, que sea resistente pues en este deporte los tenis se desgastan fácilmente.
En Cali ya hay muchos lugares informales para practicar skate. Uno de ellos está justo al lado de Empire, tienda skate ubicada en el sur de la ciudad sobre la Calle 5 con Carrera 24, cerca al colegio Santa Librada, allí se reúnen todos los días de la semana varios skaters a practicar el deporte.
A pesar de que realizan la actividad en grupo, cada uno es libre de realizar las piruetas que desee, no hay un entrenador designado, tan solo intentan aprender de los que llevan la delantera y se apoyan en videos que encuentran en la red. David García, categoría intermedio, dice: "Todos los que practicamos este deporte buscamos divertirnos y hacer lo que queramos con la tabla. Si yo quiero me invento los trucos, me monto sentado o de manos, es lo que cada uno quiera".
Con el fin de crear mayor dificultad, atraviesan en la mitad de la calle una baranda sobre la cual se resbalan con la tabla. Aunque parezca sencillo, un mal movimiento podría hacerlos caer y afectar gravemente alguna parte de sus cuerpos. Por ello se requiere de profunda concentración y mucha práctica para evitar los golpes y las fracturas, además es esencial para superar cada día más sus habilidades.
Es natural que las caídas y los golpes desmotiven a los practicantes de skate. Algunos que se han lesionado, se han visto en la obligación de abandonar el deporte. Las ganas de aprender y mejorar los impulsan a continuar a pesar de los múltiples fracasos. Pero hay algo más importante "esto es una pasión, como al que le gusta el rock and roll. Entonces por más que uno se pegue, se parta, se caiga, hay algo en el interior que dice: no pare, siga patinando", cuenta Javier Ángel, quien lleva 12 años patinando y se mantiene gracias al amor que siente por el skate.
Una de las ventajas del skateboarding es que al ser un deporte que se puede practicar en la calles, no le exige a los practicantes gastos mensuales en lugares de entrenamiento o por lo menos tienen la libertad de decidir si ingresan o no a un establecimiento. Aun así, los skaters deben invertir constantemente en tablas, ya que estas son muy frágiles y se rompen a menudo. Por lo tanto esto representa altos gastos para los skaters, que además deben cambiar sus zapatos frecuentemente.
Alejandro Romero se beneficia de las necesidades que tienen los skaters de conseguir los artículos mencionados anteriormente: la tabla, tenis y otros accesorios. Es el propietario de Empire y justamente la idea de crear dicha empresa surgió hace 10 años, cuando en la ciudad había carencia de lugares parar adquirir los productos que se requieren para la práctica de esta actividad. "Este es un deporte que está en ascenso y gana más seguidores cada día, la idea es crear la propia liga de skate, para formar adecuadamente a los niños", señala Alejandro.
El skateboarding se puede observar en muchos lugares de la ciudad como el parque de los estudiantes, el parque principal del barrio Colseguros y las calles del barrio San Antonio. Allí jóvenes de distintas edades y gustos impulsados por la pasión, buscan en las ruedas de una tabla diversión extrema.
Arte Urbano
Acompañados por ‘Jovita’ y el hábitat urbano, estos personajes hacen acrobacias encima de las barandas, paredes, vigas, techos y todos los obstáculos que se atreviesen. Se trasladan de un punto a otro ágilmente como si fueran gatos, valiéndose de saltos y carreras. Traceur es como se les denomina a los practicantes de Parkour. Este es un deporte que no establece jerarquías, no hay competencias, es una actividad netamente individual y de superación personal.
Parkour es entendido por sus aficionados como una disciplina, la cual surgió en Francia a principios de lo 80’s, con un grupo de jóvenes entrenados por Raymond Belle, ex-soldado vietnamita del cuerpo de bomberos francés. Más tarde, su hijo David Belle y otros jóvenes formaron un grupo que denominó a esta actividad como el ‘Arte del desplazamiento’, extendiéndola por todo el mundo, como lo que hoy se llama Parkour, que significa camino o ruta.
El objetivo principal es aprovechar cada espacio de la ciudad. Ver en las zonas urbanas, lo que el común de las personas no percibe: una oportunidad para expresarse y desarrollar las múltiples capacidades que tiene el cuerpo humano. Parkour es otro que se suma a lista de deportes alternativos de la ciudad.
El parque de los estudiantes es uno de los espacios que han utilizado los jóvenes para la práctica de PK (abreviación de parkour). Allí se reúnen varios grupos que han designado líderes para la formación de nuevos ‘traceurs’. Estos expertos enseñan a los principiantes a fortalecer y preparar sus cuerpos, pues no se trata de saltar por saltar, existen técnicas establecidas que facilitan el desarrollo adecuado de la práctica.
Los practicantes de PK se enfrentan día a día a infinitos obstáculos y precisamente en eso consiste su actividad, poder superarlos y aumentar progresivamente en otras dificultades como la altura o la distancia. Pero "el principal obstáculo de un traceur es el miedo, no hay espacio para eso. Se necesita seguridad, enfrentarse al temor", dice Juan Sebastián Quintero, quien practica el deporte hace seis años y actualmente se desempeña como entrenador del grupo ‘Sifakas’.
Juan Sebastián y tres integrantes más, conforman este grupo que se compromete a preparar físicamente a los practicantes de Parkour gratuitamente, ya que muchos estaban lesionando sus cuerpos por la falta de bases técnicas. Esta es una actividad en la que se deben sincronizar muchos factores como la coordinación, el equilibrio, la disciplina y adecuación de la mente con el cuerpo, lo que exige entrenamientos previos a la práctica.
Son muchas las cualidades del Parkour que atraen a los jóvenes practicantes, "su mayor virtud es ser un deporte callejero, no me exige gastar dinero, además de que no estoy tratando de superar al otro sino a mí mismo", cuenta Juan Camilo Restrepo, que a pesar de que apenas lleva cuatro meses entrenando, reconoce que todos empiezan desde cero y su cuerpo ira evolucionando poco a poco.
Aunque el Parkour no promueve las competencias, el método que estos traceurs caleños han utilizado para expandir la disciplina a otros jóvenes, es hacer demostraciones de sus conocimientos y técnicas. Han organizado eventos en los que se reúnen en diferentes ciudades de Colombia con otros grupos y comparten nuevas ideas. Hace dos años realizaron una de estas actividades a la que llamaron ‘ajiciados’, que según Juan Sebastián era una forma de decir: emocionados.
Jonathan Julio Barrera, otro integrante de ‘Sifakas’, considera que aunque el ser humano tiende a ser competitivo y esta es una herramienta para medir el nivel, el parkour está muy alejado de esa lógica. Para él, esta es una disciplina y una filosofía de vida, en la que cada practicante se exige de forma progresiva, no consiste en demostrarle nada a nadie.
El parkour se fortalece cada día y atrae a muchos jóvenes que se convierten en discípulos de esta disciplina y recorren cada espacio posible de la ciudad y la naturaleza, promoviendo otra mirada alternativa al deporte.
miércoles, 6 de abril de 2011
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Añadir ComentarioHola!! está muy bueno el artículo. Un plus de info: en Cali tambn hay un skatepark en la antigua licorera y un club llamado "razza skate", ahí hay rampas, espacio pa patinar y tambn hay un boulder pa escalar llamado "Geko". Tambn... dan clases de tela. Y se practica algo llamado down hill, ke es descenso en velocidad con tablas de longboard, ke son tablas mas grandes y con otro tipo de llantas pa esta práctica. Ahí les dejo los daticos...
PD: en Cali tambn practicamos la escalada en roca, tanto en altura como el caso de Dapa, como en boulder en distintas rocas ubicadas en Pance, Centro Empresa y vía Jamundí.
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