Por: Daniel Molina Durango.
Faltan ocho minutos para las siete de la noche y el telón está por abrirse para mí. Viéndome a un espejo, percibo cómo las gafas, la barba hecha a base de betún, el saco negro y los guantes blancos me hacen parecer un personaje recién salido de una historia de dibujos animados.
Cosplay o costume play es un fenómeno que surge en los años 70 en Japón, basándose en la imitación física y emocional de un personaje de Anime, está practica ha venido tomando fuerza en los jóvenes caleños desde hace 5 años.
Sintiendo la algarabía del público, escucho mi nombre deduciendo que ya es hora de salir a la tarima a mostrar mi disfraz, sin embargo, no puedo evitar recordar lo vivido esta tarde aquí, en uno de los eventos Cosplay más importantes de la región.
Me dirigí a la entrada del Centro Cultural Comfandi sobre las 2:03 minutos de la tarde. Lejos de los pitos de los carros, parecía haber descubierto una dimensión en donde samuráis, ninjas y mujeres con peculiares formas de vestir, habitaban a lo largo y a lo ancho.
Di mis primeros pasos al ritmo de la música en japonés que sonaba por todas partes, tras consultar las diversas artesanías y peluches ofrecidos por los vendedores me dispuse a subir al tercer piso del evento, cuando de repente dos adolescentes se acercaron a mí.
- Si ve hermano, yo le dije que este muchacho estaba disfrazado de un personaje de Evangelion. ¿Sí o qué viejo?
- Claro, son los primeros en captar a quién represento – les respondí con una sonrisa.
Tras intercambiar unas palabras conmigo, Héctor Ospina y Facundo Leal, dos chicos de 17 años manifiestan que viajaron cerca de 4 horas en bus desde Armenia hasta Cali para llegar a tiempo al evento. Ambos son de pelo lacio, delgados y se muestran emotivos al decir que aman el anime sobre todas las cosas. Comentan que el Cosplay es un modo de entretenimiento, además de ser un momento de encuentro para las personas que son amantes de esta práctica.
Subí unas cuantas gradas llegando al tercer piso, en donde me sorprendí gratamente. Sin pensarlo me encontraba en una pasarela similar a las de Hollywood, llena de personas y fotógrafos alrededor, solo había una diferencia, en vez de Brad Pitt estaban los ninjas de dibujos animados como Naruto y en lugar de Jennifer López o Angelina Jolie se encontraban chicas vestidas de forma extravagante, con colores de cabello que variaban de rosado hasta verde.
Paseándome por cada rincón del lugar, multitudes de niños me pedían que posara para la cámara junto a ellos. Enorgullecido por el efecto positivo del disfraz seleccionado posé sonriente, serio y hasta modesto para varias personas.
Fueron muchas las fotos pero sin lugar a dudas hubo personas que despertaron la curiosidad de la mayoría por su dulce apariencia. Uno de ellos fue Laura Hernández, una chica de 17 años que combinaba su simpatía, sus ojos cafés y su pelo negro con un vestido oscuro, un listón azul y un talismán tan misterioso como su aspecto.
“Estoy disfrazada de un conejo con súper poderes llamado Mokona, me siento identificada con el personaje que represento debido a la ternura de este mismo”. Afirma Laura con un suave tono de voz.
Emocionado por mi momento de fama, me llené de valor y decidí entrar al salón de karaoke japonés. Canción va canción viene, así como cada cantante tenía un disfraz variado, cada canción era distinta. Tras una larga espera, caminé lentamente hacia la tarima, alcé el primer micrófono que encontré y aunque no entendí absolutamente nada de lo que vocalicé, solo recibí aplausos por parte de los espectadores.
Saliendo bien librado de esta prueba, me acerqué a la máquina de videojuegos de lucha que está en todo el centro del tercer piso. Allí un joven delgado, de gafas y vestimenta gótica, hundía todo tipo de botones para acabar con sus enemigos.
Mecía su cuerpo al ritmo del rock que salía de aquel aparato electrónico y sus ojos parecían descolgarse con cada golpe propinado o recibido. Tras poderes mágicos, espadazos y demás, el videojuego cambió del rock explosivo a una música triste. Al ver la cara de “Game Over” del muchacho, deduje que sus esfuerzos fueron en vano.
Tras ver la derrota anterior, opté por buscar un nuevo desafío encontrando al final del corredor un novedoso juego de cartas llamado Oviroth. Toros súper poderosos, leones voladores y hechiceros. Barajé mi juego, lancé los dados, “juguemos a las probabilidades” fue lo que pensé antes de derrotar a mi oponente.
Saliendo del juego de las cartas sobre las 5 de la tarde, el evento parecía estar en el mejor momento. Aproximadamente 50 disfraces de todo tipo por doquier: capas negras con nubes rojas, pistolas de juguete, peinados exóticos, sombrillas japonesas y demás, posando ante las diversas cámaras.
Entre flashes, seguí recorriendo el lugar, observando la manera en que varios asistentes al evento bailaban al ritmo de la muñeca anime que se proyectaba en una pantalla gigante. Caminando aun más, visité varios stands que ofrecían llaveros, figuritas, DVD, botones y maletines de series como Naruto, Dragon Ball, Evangelion, Bleach Etc. Los precios varían pero los visitantes pueden adquirir productos desde 1000 hasta 90000 pesos.
Pablo Álvarez, uno de los vendedores comenta que “este tipo de eventos enriquecen a las personas ya que las ponen en contacto con una cultura distinta y desconocida para muchos jóvenes en la ciudad”.

Después de recorrer cada rincón del evento, llegó lo esperado por todas las personas que se esforzaron diseñando su disfraz, era hora del concurso de Cosplay en categoría libre.
Cuando menciono categoría libre, debo decir que esta modalidad es para novatos y principiantes, el CRC (Concurso Regional de Cosplay) es la otra categoría, exclusiva para personas con un disfraz más detallado y con meses de elaboración.
De los 6 participantes que se inscribieron, se escogió un ganador que representará a la ciudad de Cali en el Concurso Nacional de Cosplay (CNC).
Luego de aplausos para con el ganador regional, se dio paso al concurso de categoría libre. Me dirigí hacia el camerino, tras ver el auditorio totalmente lleno y los cosplays de mis adversarios supe que la cosa iba a estar difícil.
El primero en saltar a la tarima para hacer su interpretación fue Juan Andrés Escobar, un niño de 11 años que con un traje rojo, pelo gris y orejas de gato supo cautivar a más de la mitad del auditorio con su Cosplay de Inuyasha.
Luego, la belleza del disfraz de una niña interpretando la lujuria y la dulzura de una joven de peluca verde cantando prepararon al público para lo que venía.
Los dos amigos que mencioné al principio saltaron al escenario, empezaron a hacer un sensual baile entre ellos y el auditorio casi se cae, estallando en júbilo, cuando los labios de estos dos jóvenes aficionados se rozaron lentamente.
Volviendo a la realidad, son las 7 en punto, el presentador del evento exclama mi nombre y lentamente salgo ante gran parte de las aproximadamente 600 personas presentes en el edificio. Con los pelos de punta alzo un micrófono nuevamente e improviso un diálogo pensado hace 5 minutos.
Tras la presentación y el haber compartido junto a mis 18 rivales los momentos de tensión, ansiedad y nerviosismo producidos por estar en el camerino, creo que entiendo que en una práctica como esta, la belleza del traje o la perfección en la interpretación, son solo factores que reflejan el resultado de horas, días y hasta meses de dedicación.
Es el acto final de la presentación, todos salimos a la tarima, llevándonos el aplauso del público y posando nuevamente para infinidad de cámaras.
Al final, se guarda el grato recuerdo de al menos por hoy, quedar en la memoria de la mayoría de los asistentes que, sin lugar a dudas, hacen que esta cultura del Cosplay siga creciendo en la ciudad.
Datos:
- El fenómeno del Cosplay en Cali se presenta desde hace 10 años.
- La cifra record de asistencia se logró el año pasado con cerca de 1400 personas, 200 de ellas disfrazadas.
- Más de 30 stands comercializan en el evento, productos relacionados con el anime.
- Entre 15 y 25 años es el rango de edad en los participantes.
- A lo largo del año se realizan eventos como la fiesta de hallowen, el frikis day y un especial de videojuegos.
- El ganador del CNC (Concurso Nacional de Cosplay) representará internacionalmente al país en Brasil.
En las voces de los ‘cosplayers’
Daniel Castillo (16 años)
“Esforzarte en realizar un disfraz y compartirlo con toda la gente es el verdadero significado de un Cosplay”.
Brian Morales (18 años)
“Es muy bacano porque uno se siente libre de poder hacer las acciones de tu personaje”.
Valentina Fajardo (15 años)
“Es una especie de arte que se trasforma en responsabilidad cuando tienes que representar el personaje”.
Rodolfo Rey (25 años – Ganador del CRC)
“Es muy chévere porque la gente te toma fotos y se emociona con tu disfraz”.
Gustavo Moreno – Jurado del concurso de Cosplay.
“La importancia del Cosplay radica en cómo la persona se convierte en el personaje que está representando”.
Recomendado:
El libro Tokio Cosplay Paradise. En sus 150 páginas, un fotógrafo japonés retrata diversos disfraces anime en distintos barrios de la capital del Japón.
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Añadir ComentarioDaniel, tu crónica acerca del fenómeno Cosdplay permite abrirme un panorama distinto a la cotidianidad de mi ciudad, ya que a través de tu vivencia que se ve reflejado en tu trabajo, expones el auge de una manifestación artística que esta cautivando a la sociedad caleña. Es fantástico pensar que unos referentes culturales tan distintos a nuestra cultura puedan atraparnos a través de estos eventos .
Lina Marcela Osorio
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