viernes, 28 de octubre de 2011

“Sueño con dirigir cada domingo”



Foto: Lina Maria Salcedo
Por:  Daniel Molina.

Este ex delantero del Deportes Tolima llamado John Albert Ortiz recuerda con nostalgia sus grandes actuaciones como jugador profesional en la década de los 90. En ese momento de su vida, nunca llegó a pensar que hoy, a sus 39 años, sería entrenador de una práctica que toma fuerza en el mundo, el fútbol femenino.

Faltaban 20 minutos para el pitazo final. Aquel viernes lluvioso el Pereira ganaba 1 – 0 a un Deportes Tolima que arremetía contra el arco ‘matecaña’. Cancha liza, balón rápido, John Albert Ortiz toma la pelota, corre ágilmente, gana en velocidad por un costado y tira un centro”‘como con la mano”  para que el ‘piripi’ Osman defina, empatando un partido que parecía perdido.

Alegría y euforia en todos sus compañeros al pronunciar esa palabra compuesta por solo tres letras, pero que es capaz de unir a cientos de personas. Sin embargo John se encuentra tendido en el piso, sus gritos son fuertes pero no precisamente de emoción, son de dolor ya que antes de enviar el centro, el defensor central ecuatoriano Holger Quiñones se tiró en barredora sobre sus piernas, dejándole un regalo que nunca olvidará, una fisura de peroné.

Hoy, después de casi 20 años de su primera lesión, Ortiz está tranquilo y feliz. El destino presenta a los ex futbolistas un gran número de caminos a seguir después del retiro, pero para este caleño de 39 años, su vida tomó un giro inesperado cuando decidió hacerse entrenador de una práctica que toma fuerza en el mundo, en el país y en la ciudad, el fútbol femenino.

*****

El frío y la lluvia enmarcan la noche del viernes 23 de septiembre del 2011. Tras un largo día, ‘el profe’ John Albert se encuentra con sus pupilas en las canchas de fútbol sintético Morumbí para realizar la última práctica de la semana.

Camina al ritmo de la música del lugar, muestra esa cordialidad que lo representa saludando amigablemente a muchas personas que frecuentan el sitio. Toma asiento, pone sus brazos sobre la mesa café en la que se encuentra y mientras sus ojos oscuros reflejan la cancha en la que sus alumnas empiezan a jugar, él decide hacer un breve viaje a sus recuerdos, a un pasado que está ligado a ese deporte llamado fútbol que según sus palabras “le corre por las venas”.

-         Profe, usted fue futbolista ¿cierto?, cuénteme un poco de esto –

-         Ah, es que esto es con micrófono y todo – dice jocosamente al ver la grabadora de voz que tiene en frente.
Miércoles 21 de septiembre del 2011, Cancha de fútbol del barrio El limonar

A 5 minutos de iniciar el segundo entrenamiento de la semana, John Albert espera paciente a las integrantes de su equipo, que llegan lentamente mientras el sol se oculta. Recostado sobre un poste color caqui, charla de forma amena con las chicas que van llegando a la práctica.

Oscurece, a la cancha asisten también personajes que vienen a apreciar cómo unas niñas dejan a un lado los tacones para ponerse guayos. Al tiempo que ellas se preparan y hablan de la triste situación de los equipos de la ciudad, ‘el profe’ toma el balón que está a su izquierda y muestra algunas pinceladas de lo que fue como jugador y goleador.

Parece que siempre le gustó el área, este delantero de gran estatura inició a los 7 años en un equipo de barrio llamado “Campeones”. Recuerda que su debut oficial fue en el Deportes Tolima, equipo en el que estuvo 3 temporadas, marcando 14 goles.

Este personaje de tez morena, todavía se emociona cuando a su mente viene el gol que le anotó al Cúcuta Deportivo en el estadio Manuel Murillo Toro: Bajó un balón proveniente de un tiro de esquina, paró el esférico con el pecho y sin pensarlo dos veces lo acarició ferozmente con la pierna derecha, cruzándolo al otro palo del guardameta cucuteño.

Nunca se le olvidará este gol de antología, que en su memoria es como una foto en blanco y negro que perdurará como un grato recuerdo de esos vibrantes partidos de la década de los 90. Dice orgulloso “a mí me tocó la época buena del fútbol” ya que enfrentó a jugadores de gran renombre como Alex Escobar, el ‘polilla’ Da Silva, Carlos Valderrama, Víctor Aristizábal etcétera.

10 minutos después de las 6 de la tarde, John empieza a preparar los conos para la primera sesión del entrenamiento. Las chicas empiezan a correr tal y como lo hace su mente, tras salir del Tolima, jugó 1 temporada en el Bucaramanga y otra en el Tuluá. Pasó por el fútbol panameño y ecuatoriano, luego regresó al país a jugar en equipos de la segunda división como Popayán y Girardot.

En total, sumó cerca de 30 goles como profesional, pero a sus 28 años le tocó enfrentarse a una decisión que le cambiaría su vida para siempre.

La propuesta

Sobre el año 2001, Ortiz tenía la opción de viajar a la Argentina para irse a probar al club de Fútbol Estudiantes de la Plata, al mismo tiempo, su amigo y colega Farid Mondragón le ofreció trabajo en su escuela de fútbol, proponiéndole empezar una carrera como director técnico.

A pesar de la insistencia de su familia por hacerle caer en cuenta que debía irse a Argentina, John fue contundente y decidió dar un paso al costado como futbolista, para empezar a escribir un nuevo capítulo en su vida, el segundo tiempo de su carrera deportiva, esta vez como director técnico.

Con las manos en la cintura observa atentamente el entrenamiento que dirige su preparador físico.

Recibe una llamada al celular, contesta rápidamente y después de aproximadamente 30 segundos retoma la charla. En Morumbí, muchas personas aprecian con curiosidad cómo sus chicas se divierten haciendo gambetas, túneles y goles.

-         Profe, ¿cómo un ex jugador de fútbol termina siendo el entrenador de un equipo de mujeres?

De regreso a la cancha del Limonar

Tras empezar la práctica, se muestra un poco sereno e instruye a sus jugadoras con mucha calma, en realidad, sonríe al admitir que el empezar a dirigir mujeres lo ha “suavizado un poco”.

El proyecto empezó en el año 2008 cuando el profesor y gerente de la escuela Carlos Sarmiento Lora, Alberto Suárez le propuso el reto. “el fútbol femenino es un campo novedoso que está creciendo lentamente, me gustó el desafío y lo asumí”

Comenta con nostalgia que antes de dirigir su primer partido como entrenador de mujeres sintió ansiedad y nerviosismo, no obstante, considera que el resultado que obtuvo en ese juego contra la selección Palmira fue el mejor.

Empató 2 – 2, dice estar satisfecho ya que “si hubiéramos ganado nos íbamos a creer lo máximo y si hubiésemos perdido la frustración hubiese sido fuerte”.

A pesar de ese primer empate, él y sus chicas han tenido grandes resultados, por eso su asistente, amigo y preparador físico Mario Janer dice que su equipo es como el Barcelona. Ortiz cree que para jugar como el Barca les hace falta mucho, pero también cuenta con orgullo que han ganado una copa Medellín, una copa Sarmiento Lora y una Liga del Valle. En este año han jugado 45 partidos y solo conocieron la derrota en dos ocasiones.

La intensidad del entreno sube, ‘el profe’ empieza a animar a jugadoras como ‘tomatico’ y ‘San Andrés’, hablándoles de la importancia de la táctica aplicada al juego.

En ese sentido, opina que el trato con las chicas es diferente al de los hombres, manifiesta que “a ellas se les debe hablar de una manera distinta, las cargas de trabajo también deben ser más acordes a ellas”.

Recuerda además que muchas veces ha sido consejero de muchas de sus jugadoras, aunque también admite que estas lo han logrado “sacar de sus casillas”.

A primera vista se muestra como un hombre sereno, pero según Estela Cifuentes, madre de una niña de 16 años que está en el equipo, “el profe es muy comprensivo pero cuando le sacan el genio, se lo sacan bien sacado”.

Ocurrió en una final contra Antioquia en la que estaba en disputa el cupo por Colombia a la copa Libertadores femenina. Ese día perdieron y John admite que se salió de la ropa, que no era él. “ese día me conocieron” dice de forma contundente.

El entreno está por terminar, las chicas toman un pequeño espacio de la clase para hidratarse mientras Ortiz se aleja a hablar con el preparador físico.

*****

Las gotas de la lluvia empiezan a caer lentamente sobre la mesa. Risas, posturas, opiniones expresadas, la charla parece terminar en cualquier momento.

-         ¿Qué lo hace feliz y qué lo hace triste?

10 segundos de silencio, momento de tención. John sonríe y se reanuda la conversación.

La práctica en el limonar, está por concluir

La luz blanca que producen los postes instalados en cada extremidad de la cancha, muestran el uniforme de la escuela Carlos Sarmiento Lora que John Albert porta con orgullo.

Está vestido con un pantalón negro y una camisa verde que camufla su amor por el América de Cali. Este apasionado de la salsa se define como una persona alegre, exigente y que le gusta hacer siempre las cosas de la mejor manera.

“él es una persona que le da alegría al grupo, es muy responsable y dedicado. Siempre tiene algo diferente para los entrenamientos, quiere sacar adelante al fútbol femenino”, opina Angie Vega, joven de 22 años que hace parte del equipo.

Todo en su vida se relaciona con el fútbol, en sus ratos libres observa en la televisión canales deportivos, juega este deporte en Play Station y siempre después de cada partido escribe todo lo que pasó en este, para analizar ideas y corregir errores.

Su carácter es contundente, le gusta ganar, y entre sus metas está el conseguir el cupo a la próxima Copa Libertadores Femenina, perder esa plaza le bajaría el ánimo.

Es claro su mayor deseo, “sueño con dirigir cada domingo”, a pesar de admitir que quiere llegar a ser el director técnico de la selección colombiana de fútbol para dejar un legado nacional en este deporte.

Tras una extensa charla termina su entrenamiento, dejando ver lo emocionado que se siente de dirigir mujeres ya que sin importar el género, este es el deporte que hace a su corazón latir más fuerte.

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La entrevista llegó al minuto 90, final, no va más. John Albert se para de la mesa y camina hacia la cancha en donde sus niñas se divierten con el balón. Mientras aprecia cada jugada, cada gol, sus ojos brillan como los de alguien que ve algo distintito de lo que percibe la gente normal.

“las chicas que escogieron este deporte como su proyecto de vida, deben entregarlo todo y hacer las cosas con el corazón”, es su principal mensaje a las practicantes de este deporte.

Con una gran sonrisa aplaude a sus alumnas. Es un viernes frío pero la felicidad lo invade, lo llena de calor, ya que en 48 horas, seguramente estará cumpliendo el sueño de dirigir a sus pupilas el domingo… nuevamente.

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  1. linaa molina LaPola O LaChiki dijo... 22 de diciembre de 2011, 16:13

    jhon es un exelcente profesor nos explica bien cada movimiento q debemos hacer en cada uno de los partidos tiene sus movimiento armados mucho antes del partido cada partido q ganamos con gran orgullo nos felicita acada una de nosotras y nos dice nuestros errores en el juego y nuestros buenos movimientos

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