viernes, 24 de febrero de 2012

"Por una tolerancia asexual" por Lorena Arana

Ligueros, tacones, minifalda, escote, labial color rojo pasión… ¿qué evoca esta combinación? ¿A qué suena? Sí, sí, a esa palabrita con la que hemos insultado, más de una vez, desde sudorosas y despeinadas amigas en plena “verbena”, al ritmo de algún Reggaeton; hasta a nuestras peores enemigas, con la sangre hirviéndonos en las venas ¡Pues no! ¿Y qué tal si se trata solo de una mujer, en casa, preparándole una agradable sorpresa a su pareja para cuando esta llegue del trabajo? Sí señores, nuestra imaginación vuela… o no, mejor dicho, está demasiado canalizada por las sendas machistas de la sociedad.

 La historia cuenta que hace casi un año, exactamente, el 24 de marzo de 2011; durante una conferencia sobre seguridad civil que se llevaba a cabo en la Universidad de York (Canadá), un policía llamado Michael Sanguinetti afirmó que era deber de las mujeres evitar vestirse como “niñas de la calle” para no ser víctimas de violencia sexual. Casi, inmediatamente y en un grito de total indignación feminista, el 3 de abril, nuestras amigas del norte (las mujeres canadienses) hicieron, exactamente, todo lo contrario: se peinaron, vistieron y maquillaron de la forma más seductora e incitante posible y salieron a la calle a marchar ¿Por qué marchaban? Aunque, parezca irónico, por ellas, por el libre albedrío, porque la sociedad es de todos y porque, en semejante manifestación tan original, afirmaban: No soy puta, ¡soy libre!

 “Lo que duele es que la mujer sea sexualmente explícita”, afirmó Beatriz Espejo en una entrevista al portal Web La Vanguardia (www.lavanguardia.com). Esta “chica trans” es la fundadora del Colectivo de Transexuales de Cataluña (España) y autora del “Manifiesto Puta”, libro publicado en 2009 y que denuncia abiertamente la persecución de la prostitución y la promiscuidad femenina. Continúa diciendo: “El problema es la sociedad patriarcal y machista; esta estructura social intenta que la mujer sea asexual, es decir, castrada psicológicamente e incluso, a veces, la castración puede llegar a ser física”.

 Este osado movimiento ha cruzado fronteras con mucho tacón y media velada y esta vez, le ha llegado el turno a nuestra “Sucursal del Cielo”, que, como todas, también lo es de prácticas y comportamientos patriarcales y sexistas. La primera cita quedó para este sábado, 25 de febrero, de 4:00 a 9:00 PM, sobre la carrera 6 con calle 8 (nueva Calle del Pecado), en el “Putiplantón” que se hará, inicialmente, contra las contradicciones de la iglesia y la moral convencional. La invitación es abierta a todo público a través de Facebook, al que quiera levantar la cabeza y exigir respeto, autonomía sexual y protección sin discriminación para las mujeres, a los medios, sensacionalistas o no y hasta a los curiosos, que nunca faltan ¿Requisito? Ver más allá de las narices de la sociedad, entender el mundo desde adentro, desde la persona detrás del escote y el labial.

 Y la marcha queda para el 8 de marzo, nuestro día. ¡Qué lindo!, ¿no?

 Como “chévere, interesante y polémica” califica Vanessa Orozco, estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Autónoma de Occidente (UAO), a la iniciativa. Por otro lado, Álvaro Velasco, ingeniero electricista de la ciudad, opina: “Las putas no lo son porque se vistan de cierta forma; hay mujeres que lo hacen muy decentemente y sí que lo son”.

 Lo que sí es seguro es que este evento causará toda clase de reacciones y más, por ser la primera vez en Cali y porque, al fin y al cabo, estamos en el país del Sagrado Corazón.

 La responsabilidad de todo este alboroto recae sobre diversas personas, activistas, artistas y colectivos de trabajo y creación feminista y de diversidad sexual, que pueden ser contactados a través del correo lamarchadelasputascali@gmail.com.

 Así que, mujeres: ¡fuera prendas, fuera pudor! Y a marchar por lo que somos y sentimos y porque no es un crimen.

 Y por último, un mensaje de Claudia Bicharraca, como se hace llamar una de las organizadoras de la marcha en Cali: “soy desobediente porque no me trago nada de lo que tratan de hacernos creer, transgredo porque no me creo que deba respetar unos cánones de comportamiento que se inventaron para ejercer control sobre nosotras, grito que mi cuerpo me pertenece, que es mío y que decido yo y solamente yo sobre él, cuándo y con quién Lo que queremos es hacer un llamado para apoderarnos y dejar muy en claro que cuando decimos que NO es NO”

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